
La gira asiática del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, ha dado para muchos titulares en los últimos días. De las promesas del líder norteamericano de estrechar lazos con Japón a las peticiones a China de abrir sus mercados, pasando por el otorgamiento a India del calificativo de 'aliado indispensable'. Algo que ha rellenado menos páginas en los diarios nacionales fue el paso de Obama por la cumbre de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN) en Singapur el pasado día 15 y el diálogo que allí se entabló, por primera vez, entre un presidente norteamericano y el gobierno militar de Myanmar.
Poco hay que destacar de este encuentro sin precedentes, salvo la aprobación de una declaración que reclama democracia para Myanmar pero que se olvida de exigir la liberación de los más de 2000 presos políticos que hay en el país birmano. Más interesante sea, tal vez, sumar acontecimientos. Y es que no podemos olvidar que a principios de este mes ya se produjo una inaudita reunión entre diplomáticos norteamericanos y Aung San Suu Kyi, líder de la Liga Nacional para la Democracia, principal partido de la oposición en Myanmar. Suu Kyi ha pasado la mayor parte de los últimos 14 años en arresto domiciliario y este mismo agosto fue sentenciada a tres años más tras un incidente que protagonizaron unos simpatizantes a las puertas de su vivienda-prisión de Rangún.
Al permitir esta reunión y al entablar diálogo con el presidente norteamericano, la Junta Militar birmana parece estar mostrando leves síntomas de apertura de cara a las supuestas elecciones de marzo 2010, las primeras en 20 años. Unas elecciones controvertidas, ya que aún no se ha desvelado la fecha exacta ni las condiciones de su celebración. De hecho, los observadores internacionales se muestran recelosos ante las perspectivas de un cambio de régimen real en Myanmar.
Fuentes: guardian.co.uk; elpais.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario